La operadora española se ha puesto en manos del banco estadounidense para analizar la adquisición del negocio de telefonía móvil de su rival en Brasil y crecer así en dicho mercado
Telefónica ya ha dado el primer paso oficial para intentar hacerse con OI, uno de sus principales rivales en Brasil. La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete ha contratado a JP Morgan para que la asesore en la adquisición del negocio de móviles de este competidor, en situación de quiebra técnica desde que en 2016 entrase en concurso de acreedores. La española está muy interesada en crecer en el mercado que le aporta el 20% de los ingresos, pese a que su elevada deuda la obliga a una fuerte disciplina de la caja disponible.
Fuentes financieras han confirmado que Telefónica se ha puesto en manos de JP Morgan, pese a que su bróker es uno de los dos que aconsejan vender acciones de Telefónica, con un precio objetivo de 5,8 euros por título. El banco de inversión estadounidense la va a ayudar a analizar la compra de todo o parte del negocio de OI, el cuarto operador de Brasil, que arrastra una deuda de 14.000 millones de dólares y está inmerso en una grave crisis financiera.
Esta empresa, controlada ahora por 'hedge funds' o fondos buitre que ya se vieron obligados a canjear deuda por capital para evitar su quiebra, ha puesto en el mercado su división de telefonía móvil, su negocio de torres, sus centros de datos, su red de fibra óptica en Sao Paulo y parte de sus activos fuera de Brasil, especialmente su filial en Angola.
Las mismas fuentes indican que Telefónica, dada su posición dominante en el país latinoamericano, no podría hacerse con la totalidad de OI, ya que las autoridades locales de competencia se opondrían. Pero en la operadora española confían en que Anatel, el regulador brasileño, sí la autorizaría quedarse con la actividad de móviles, el negocio ‘core’ o principal de su hoy todavía rival. Según fuentes financieras, esta división podría tener un valor de 4.800 millones de dólares (4.300 millones de euros).
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en un encuentro con José María Álvarez-Pallete. (EFE)
La cifra, según los analistas del bróker local BTG Pactual, sería el resultado de multiplicar por entre siete y ocho veces el beneficio bruto de explotación o ebtida de OI, que los expertos sitúan en 600 millones y que la compañía no especifica en su cuenta de resultados. Usando esas variables, la inversión mínima para quedarse con ese negocio sería de 4.200 millones de dólares, unos 3.800 millones de euros.
Un esfuerzo que Telefónica está estudiando cómo afrontar dada la disciplina financiera aplicada por Álvarez-Pallete desde que llegó a la presidencia para reducir deuda y generar la caja suficiente para mantener el dividendo. Una de las vías, según fuentes financieras, sería una ampliación de capital en su subsidiaria brasileña, para la que habría bastante apetito de los inversores dado el crecimiento del país.
El obstáculo de la deuda
Telefónica ha conseguido rebajar su pasivo en más de 14.000 millones de euros desde junio de 2016 mediante desinversiones y el repago con el propio flujo de caja que aporta el negocio diario. Pallete ha exhibido este dato como uno de los hitos de su gestión, tal y como hizo en la última junta de accionistas, y como demostración de la capacidad de la multinacional para cumplir con sus compromisos con los acreedores, a la par que sostener la retribución al accionista.
El pasivo neto se ha situado ya en 38.700 millones, el nivel más bajo desde 2005 y lejos de los casi 60.000 millones que llegó a tener entre 2011 y 2012. Pero algunos analistas, como los de Mirabaud, elevan esta cifra hasta los 55.000 millones por la entrada en vigor de la nueva norma de contabilidad sobre el alquiler, que tiene un impacto de entre 7.400 y 8.100 millones, y las emisiones de bonos híbridos —deuda perpetua—, que ascienden a unos 7.000 millones.
La multinacional española no va a estar sola en esta subasta, dirigida por Bank of America Merrill Lynch, asesor de OI. La prensa brasileña publicó a finales de la semana pasada que TIM, filial de Telecom Italia, y Claro, la operadora del magnate mexicano Carlos Slim, también pujarán por los activos de su competidor. Asimismo, se habla del potencial interés de la estadounidense AT&T y de las chinas Huawei y China Mobile, si bien ambas compañías asiáticas negaron este domingo cualquier pretensión de adquirir estos activos.
OI es el cuarto operador de Brasil, con 38 millones de líneas, la mitad de las que tiene Vivo, la marca con la que Telefónica opera en su mercado de mayor crecimiento.
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