En política, cuando una situación está por terminar, pero aún no termina, y otra está por nacer pero aún no nace, se le llama interregno.
Un ciclo está muriendo, pero no termina de morir; frente a un ciclo que está naciendo, pero aún no termina de nacer. Una sociedad convencida de que el estado de cosas en las que vive ya no es tolerable y debe ser sustituido, pero los llamados a sustituirla no han podido hacerlo, y no terminan de sustituir el orden de cosas viejas.
Esto es una típica situación de crisis. Y las crisis duran poco; una de las dos situaciones termina por ceder frente a la otra. O se reinstala el pasado, alargando el dolor y sufrimiento de las sociedades, hasta el estallido de la próxima crisis, o vencen las situaciones nuevas, abriendo una nueva era de lucha, esfuerzo productivo y esperanzas.
Venezuela amaneció en un interregno. Sólo la presencia activa y decidida de los ciudadanos en la calle inclinará la balanza a favor del advenimiento de una nueva situación: el fin de la tiranía criminal, que ha destruido a la nación y provocado un enorme sufrimiento a la sociedad venezolana, y la llegada de una era de libertad, de trabajo, de crecimiento y desarrollo para la felicidad de todos.
Fe, esperanza y lucha.
¡Lo lograremos!
Nos vemos en la calle.
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